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Este espacio  forma parte de una colaboración con la revista International Trumpet Guild. Esta es una revista destinada a los músicos y, sobre todo, a trompetistas y se dedica a promover la comunicación entre ellos y a mejorar las técnicas de aprendizaje mediante artículos didácticos, noticias, conciertos... A aquellos músicos que no conozcáis esta organización, os animo a que os suscribáis; de esta manera, recibiréis cada trimestre la revista.

Aquí os dejo la traducción de un artículo de la revista del pasado octubre del 2015 que aparece en la sección Clinic y cuyo autor es Frank Gabriel Campos. Este artículo trata sobre la respiración, nos enseña cómo evitar la maniobra de Valsalva y propone dos ejercicios para ayudarnos en la práctica.

¡Espero que lo disfrutéis!

Si queréis leer el artículo en ingés, haced clic aquí.

LA MANIOBRA DE VALSALVA FRANK GABRIEL CAMPOS

 

     La técnica para conseguir una columna de aire muy comprimido, centrado o constante constituye uno de los aspectos más incomprendidos de la interpretación de la trompeta y también una de las prácticas más necesarias para garantizar la calidad del sonido. Un correcto control de la respiración requiere que, en los pulmones, el aire pase de estar comprimido de forma moderada a alta al tiempo que sale del cuerpo con total libertad, sin ser bloqueado bajo presión. Algunos músicos dominan esta técnica, otros se esfuerzan por aprenderla y muchos nunca la llegan a entender a la perfección. Es fácil desarrollar vicios si se enseña a los principiantes a endurecer los músculos abdominales en vez de a soplar sin restricciones. En muchos casos, el problema se origina ya desde el principio, cuando se activa por primera vez la maniobra de Valsalva.

 

     Tocar la trompeta mientras se encuentra activada la maniobra de Valsalva es uno de los hábitos de ejecución más destructivos. Perjudica el registro, la resistencia y el sonido y dificulta, o incluso imposibilita, la interpretación al máximo nivel. La maniobra de Valsalva irrumpe en los hábitos de los músicos jóvenes con el pretexto de ser un buen apoyo, pero es una ladrona que roba toda la energía. Aunque genera uno de los problemas más comunes de la ejecución de la trompeta, muchos profesores de música, en general, y  de trompeta en concreto, saben poco o nada sobre ella a pesar de que, si bien no se la suele reconocer como la causa de una ejecución pobre, a menudo se halla en la raíz de problemas crónicos y de, aparentemente, difícil solución. ¿Y qué es exactamente la maniobra de Valsalva?[1]

 

     Para los propósitos del presente artículo, la maniobra de Valsalva es el cierre de la glotis (garganta) cuando se tensan los músculos abdominales inferiores. Por ejemplo, cuando necesitamos toser, la contracción simultánea de los abdominales inferiores y  del cierre de la garganta incrementa la presión del aire en los pulmones. Esa es la maniobra de Valsalva. Cuando la garganta está cerrada y soltamos el aire comprimido, tosemos. Todo esto ocurre, automáticamente, en un abrir y cerrar de ojos.

 

     La maniobra de Valsalva también se activa cuando levantamos algo pesado o nos preparamos para que nos den un puñetazo en el abdomen. Los estudiantes noveles pueden fácilmente equivocarse al contraer la zona abdominal y, como consecuencia, pueden sentir que pierden el aliento. Esto ocurre especialmente cuando los profesores les están enseñando a apretar esta parte del cuerpo, en vez de pedirles que simplemente soplen para sacar el aire.

 

     La maniobra de Valsalva «pone el freno» a la columna de aire, estrechando la garganta (glotis) o cerrándola de golpe en respuesta a la contracción de los músculos abdominales inferiores. Sin embargo, cuando tocamos la trompeta, la garganta siempre debe permanecer abierta de manera natural y «en punto muerto». En The Art of Brass Playing,[2] Philip Farkas menciona que debería usarse la glotis para controlar la columna de aire en la ejecución, pero para ser justos, conviene recordar que Farkas rechazó esta idea poco después de que se publicara su libro. En definitiva, una correcta ejecución en la trompeta requiere que nunca se use la garganta para «frenar» el aire.

 

     Cuando tocamos con la maniobra de Valsalva activada, cuanta más resistencia se oponga a la hora de mantener el aire, más apretada estará la garganta. Es como pisar el acelerador y el freno de un coche a la vez; normalmente, el freno es el que se impone.  En definitiva, durante la interpretación con un instrumento de viento o de mental, no conviene activar la maniobra de Valsalva por completo, a pesar de que, por desgracia, millones de músicos confunden esta práctica con la maestría interpretativa. Por lo demás, aunque no es un hábito fácil de romper, es posible hacerlo.

 

     ¿Cómo puede controlarse la columna de aire de forma correcta si el aprendizaje ha consistido en activar la maniobra de Valsalva de forma errónea? Solo hay una manera de lograrlo. Mark Twain dijo la famosa frase: «Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño». Deshacerse de un mal hábito, especialmente de uno muy arraigado y completamente automático, es un proceso que requiere toda la atención de quien lo sufre. 

 

     La maniobra de Valsalva es sencillamente un hábito que puede reemplazarse con una conducta nueva y correcta. Sin embargo, intentar cambiarlo es muy difícil y exige tiempo. Eliminar de raíz viejos hábitos que hemos practicado durante años es un objetivo demasiado ambicioso. Es más fácil sustituirlos paulatinamente por otros más acertados; es decir, se empieza por crear un nuevo comportamiento que conviva con las costumbres del pasado y,  cuanto más tiempo se emplee en consolidar la nueva práctica y menos en reforzar la antigua, más pronto se establecerá por defecto la conducta deseada.

 

     El modo más efectivo para desarrollar hábitos respiratorios correctos es mediante ejercicios de respiración. Se proponen debajo dos actividades que enseñan la técnica correcta para soplar una columna de aire comprimido con la garganta abierta. Con una práctica regular, se desarrollarán nuevos hábitos y se fortalecerán los músculos respiratorios.

 

     Nótese que con estos u otros ejercicios de respiración, el músico parará de inmediato si se siente mareado; practicará sentado en la cama o en el sofá antes de conocer su resistencia física y, por supuesto, no se excederá en ningún momento.

 

     Timed Panting (‘Jadeo Cronometrado’). Este es el mejor ejercicio que conozco para reparar problemas respiratorios crónicos, enseñar a mantener el aire correctamente y fortalecer los músculos que se utilizan para aspirar y expirar. Cuando jadeas, la garganta está abierta de forma natural, lo cual es exactamente lo que se necesita para tocar la trompeta. Cuanto más se jadee, más fuerte y más eficiente se vuelve el ejercicio. Después de practicar jadeos durante muchas semanas, será casi imposible soplar de forma incorrecta. Podrá comprobarse que el músico se ha entrenado para producir una columna centrada de aire comprimido con la garganta completamente abierta y relajada.

 

     He escrito sobre este magnífico ejercicio, tan simple como efectivo, varias veces en el pasado y seguiré alabando sus virtudes.[3] Su dinámica consiste en jadear del mismo modo en que lo hace un perro el mayor tiempo posible e incrementar cada día, aunque solo sea por un segundo, el tiempo de exhalación. Para notar mayores beneficios, conviene jadear por la nariz (en vez de por la boca).

 

     Conviene acostumbrarse a hacer al menos una sesión de ejercicios de jadeo al día, preferiblemente justo antes de tocar el instrumento. El objetivo deben ser treinta segundos de jadeos y, cuando se consiga esta marca, ir a por un minuto, después dos, después tres y, así, sucesivamente. Tras años de práctica, yo consigo jadear durante seis minutos seguidos cada mañana. Este es el ejercicio más importante que hago en mi preparación diaria para la trompeta.

 

     ¿Qué pasa exactamente cuando jadeamos? Ejercitamos los músculos peripulmonares de inspiración y expiración; es decir, los que controlan la entrada y la salida del aire. Usar los músculos es una manera mucho más eficaz y eficiente para controlar la columna de aire que usar los que se encuentran en la zona inferior del abdomen, que están muy lejos de la acción y rompen el vínculo con la maniobra de Valsalva.

 

     Es preferible intentar jadear mientras se sujeta el instrumento, como si en realidad se estuviera tocando. Conforme aumenta el cansancio, conviene reparar los sutiles cambios que experimenta el cuerpo para mantener un jadeo continuo. Es probable que se adopte una postura más anclada y firme; asimismo, cambiará la posición de la cabeza, el cuello, los hombros y los brazos. Todos estos pequeños cambios que se observan durante la práctica del ejercicio pueden apuntar hacia el próximo avance  por lo que merece la pena explorarlos en la práctica. Como ocurre casi siempre, los mayores beneficios llegan al final, cuando se está cansado pero se logra mantener, sin forzar, una buena técnica.

 

     Solo se necesita establecer el hábito de jadear cada día para empezar a mejorar la  técnica de ejecución. Y es que, para mejorar es necesario cambiar y, para cambiar, es necesario actuar.

 

     Ejercicio Bud Brisbois. El segundo ejercicio lo propone Bud Brisbois, un célebre trompetista que se encargó de sustituir a Maynard Ferguson, en la orquesta de Stan Kenton. Brisbois fue uno de los grandes solistas de Los Ángeles desde los años sesenta hasta su muerte en 1978, con 41 años. Se le puede escuchar en más de cien grabaciones acompañando a grandes artistas de la época, desde Frank Sinatra hasta The 5th Dimension. Brisbois, fue, además, el trompetista preferido de Henry Mancini, así como el solista en los temas originales de las series de televisión Los Supersónicos y Hawai 5.0. En concreto, destacó por su asombrosa precisión y su increíble control de los registros más altos, más allá del do6.

 

     En estudios anteriores, ya he escrito sobre los ejercicios de respiración favoritos de Bud Brisbois.[4] Muestro debajo la transcripción que recogió Kevin Seely  de una clase magistral de Brisbois en la década de los setenta, en la que el trompetista describe uno de los ejercicios para desarrollar y mantener su increíble control e intensidad de la respiración:

 

     «Este es el mejor ejercicio de respiración que he probado nunca y da resultados en el plazo de una semana. Ponte delante de un espejo, sin camisa, durante diez minutos cada día de la semana. Levanta los brazos, respira profundamente e intenta extender las manos lo más alto que puedas. Después, cuenta despacio mientras sueltas el aire (1, 2, 3…). Cuando ya no te quede aire, respira otra vez. Asegúrate de que te estás mirando en el espejo. El primer día, tal vez puedas llegar hasta 15 o 16 expiraciones; al final de la semana, hasta 25, 30, 35 y 40 y, algunos, hasta 50 y 60. Repite esto durante diez minutos al día.»[5]

 

     Este ejercicio tan sencillo arrojará increíbles resultados si se hace exactamente como se indica. Desafortunadamente, la gran mayoría de músicos solo lo intenta unas cuantas veces antes de dejarlo y otros no lo practican exactamente como lo enseñaba Brisbois. La actividad solo requiere diez minutos al día y, aunque, podría pasar una semana antes de notarse cambios, cuando esto ocurre, se experimenta una nueva sensación de fortaleza desconocida hasta entonces. Grandes músicos y profesores han descrito, a menudo, esta sensación como estar «sujetando el aire», lo cual puede traducirse en una myor habilidad de ejecución.

 

     Bud Brisbois afirmaba que veía los pulmones como globos comprimidos por los músculos adyacentes y que: «Para conseguir esta sensación, a la que yo llamo la compresión del aire, hay que comprimir dicho aire desde todas las direcciones, de abajo hacia arriba, de arriba abajo, de frente, por detrás…, hasta que está todo concentrado. Así que, cuanto más alto llegues, más lo comprimirás».[6]

 

     El brillante ejercicio de Brisbois enseña una manera de sujetar el aire con la garganta abierta. Para descubrir exactamente por qué Brisbois sintió que merecía la pena describirlo, no hay más que quitarse la camisa e intentarlo durante una semana, diez minutos al día.

 

     La mala costumbre de activar la maniobra de Valsalva durante una audición de trompeta se puede vencer con la práctica regular de estos dos ejercicios de respiración. Cierto es que se requieren muchas semanas de constante práctica antes de que el músico pueda mover el aire comprimido sin cortar la respiración o restringir la circulación (del aire). No obstante, estas actividades proporcionarán beneficios mientras se realicen y, por supuesto, no perjudicarán si no se realizan. ¿Quién no emplearía quince minutos al día sabiendo que el dominio del aire está asegurado? El camino es largo, conviene ponerse en marcha.

 

Sobre el autor: Frank Gabriel Campos es profesor de trompeta en el Whalen Center for Music del Ithaca College y autor de Trumpet Technique (Oxford, 2005). Solista, en activo, de música clásica y de jazz, que ha sido miembro de ITG desde sus inicios.

Traducción: Leila Bravo Novella

 

[1] CAMPOS, F. G. (Junio, 2015). The Insidious Valsalva Maneuver. ITG Journal, 39(4), 52.

[2] FARKAS, Philip. The Art of Brass Playing, Rochester: Wind Music, 1989.

[3] Para más información sobre ejercicios de respiración, véase CAMPOS, F. G. (Octubre, 2011). Wax On, Wax Off. ITG Journal, 36(1), 59; y CAMPOS, F. G. (Mayo, 2011). Hara and the Reverse Breath. ITG Journal, 35(4), 49.

[4] CAMPOS, F. G. (Marzo, 2012). Wedge Breathing with Bobby Shew. ITG Journal, 36 (3), 43.

[5] Extracto de una transcripción de una grabación de una clase magistral de Bud Brisbois el 24 de mayo de 1972. Disponible en el grupo de Facebook de Kevin Seely dedicado a Bud Brisbois (https://www.facebook.com/groups/91205462403/?fref=ts).

[6] Ibidem.

 

 

 

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